Licenciatura en Estudios Internacionales

 

Perfil Profesional del Egresado

En la Escuela de Estudios Internacionales se forma un profesional provisto de una perspectiva interdisciplinaria para identificar, describir, evaluar y proyectar eventos y procesos internacionales en referencia al sistema mundial y en relación con los actores estatales, intergubernamentales y no gubernamentales.
En este sentido el Licenciado en Estudios Internacionales, conocido profesionalmente como Internacionalista, está preparado para asesorar y ejecutar decisiones mediante la preparación de informes y estudios de investigación de forma individual o a través de la participación en equipos multidisciplinarios de trabajo.
En el sector público la importancia del internacionalista es cada vez mayor, en la medida que se incorpora a trascendentes proyectos nacionales que se vinculan a eventos y procesos mundiales, en tanto que esta adquieren influencias crecientes y decisivas sobre la dinámica nacional. El desempeño de este profesional supera los espacios del Ministerio de Relaciones Exteriores y se incorpora a múltiples escenarios donde da prueba de su formación integral.
Por otra parte en el sector privado, el conocimiento del sistema global y de sus repercusiones ha ampliado las perspectivas laborales del Internacionalista.

Características de la Carrera

Facultad
Ciencias Económicas y Sociales (FACES)
Escuela
Estudios Internacionales (EEI)
Título que se otorga
Licenciado en Estudios Internacionales
Fecha de creación de la Carrera Octubre 1948
Fecha de graduación de la 1ra. Cohorte 1951
Duración de la Carrera
4 años
Modalidad de Estudio
Presencial
Unidades Crédito a Cursar
Total: 163 U.C.
Obligatorias: 145 U.C.
Electivas: 18 U.C.
Máximo de U.C. por período lectivo
No procede
Turno
Diurno
Requisito de Grado
163 U.C. aprobadas y Servicio Comunitario.
Plan de Estudios

 

Breve Reseña Histórica de la Escuela

Cuando el mundo aún no se reponía de los estragos humanos y materiales de la Segunda Guerra Mundial y se comenzaba a vivir la violenta expansión del comunismo, cuando en Latinoamérica estaba por comenzar un nuevo ciclo de dictaduras y en Venezuela escalaban las tensiones que culminarían con el golpe de estado de noviembre, fue creado en la Universidad Central de Venezuela el Departamento de Estudios Internacionales. Era la materialización de un viejo proyecto que se había abierto espacio en tiempos difíciles, de la mano de ilustres venezolanos convencidos de la necesidad de contar con un servicio diplomático y consular profesional. Los pasos decisivos los dieron la Cancillería, en 1916 y 1936, y la UCV a partir de 1948.
Entre 1916 y 1921, de la mano de Esteban Gil Borges, junto a la creación de una estructura profesional para la promoción del comercio exterior se desarrolló en el Ministerio de Relaciones Exteriores un curso especial para la formación de personal diplomático y consular. De 1936 a 1939, el mismo Gil Borges, otra vez Canciller, promovía nuevamente ese proyecto. La necesidad de profesionales era cada vez más apremiante: se escuchaban desde Europa los tambores de otra guerra, el sistema hemisférico de seguridad estaba por construirse y el impulso al comercio exterior requería redoblados esfuerzos.
Mediando octubre de 1948, Luis Cabana –diplomático egresado del Curso para la Admisión en las Carreras Diplomática y Consular– puso a andar en la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales el Departamento, hoy Escuela, de Estudios Internacionales. Desde entonces, varios miles de internacionalistas han egresado de esta Escuela. Hasta hace pocos años era la única que incluía en su plan de estudios las materias legalmente exigidas –hasta el cambio de la ley correspondiente en el año 2001– para ingresar por concurso al servicio diplomático y consular.
Al paso del tiempo, las relaciones internacionales se han vuelto más complejas y necesitadas de las más diversas especializaciones. También se han abierto a los Internacionalistas nuevos campos de estudios de postgrado y de ejercicio profesional. Con todo, las nuevas exigencias y oportunidades no han desplazado la necesidad de la diplomacia profesional: en capacidad de crear espacios de coordinación, identificar oportunidades de cooperación y, especialmente, con las destrezas para prevenir la confrontación o, de no poder evitarla, abrirle cauces pacíficos a su solución. Le corresponde ser enlace natural entre el país y el mundo, creadora y magnificadora de oportunidades, reductora de riesgos.
Asimismo, en medio de las grandes transformaciones de las relaciones internacionales, la Escuela también ha experimentado considerables cambios en su misión. La EEI ya no es considerada una "escuela de oficio", destinada a formar primordialmente profesionales orientados al servicio exterior y a la diplomacia, sino que ha evolucionado paulatinamente hacia un proceso de enriquecimiento y profundización de los conocimientos, herramientas y competencias que comprende la formación de los internacionalistas. Hoy en día, sus egresados son profesionales capaces de desempeñar diversas tareas y funciones en el complejo mundo de las relaciones internacionales, desde una perspectiva crítica y reflexiva.